Odio los domingos.
Siempre me han chocado, pero desde que vivo sola es peor.
Estoy despierta desde las 630 am. Lo que me parece de lo más fome, de lunes a viernes me caga el palo despertar a las 700 y por lo regular me quedo dormida. Pero a sabiendas de lo eterno, amargo y aburrido que será mi día 1 de la semana, madrugo.
A las 930 mandé el primer msn demandando respuesta [cuestiones laborales], la cual, no obtuve. Alas 1030 un e-mail solicitando más artículos y un msn que indicara señales de vida [de trabajo también], y nada.
Ni Ojosmar me llamó hasta muy entrada la mañana. Mentira, no llamó, envió un msn de buenos días. Me pidió que fuera, pero yo aún seguía entusiasmada por mis labores y tengo cero ánimos de ver la jeta de su noviecita...
Después le escribí a Maratí una información que me había pedido... y más tarde a Yohas demandando la información que tenía que darme desde ayer. Supongo que sus flamantes maridos las tienen ocupadas.
Nadie en el messenger, mucho menos en el Hi5 ni en el FB.
Mi última opción fue Male, ¿vale la pena que comente si hubo respuesta?
Tengo mucho que hacer, bastante trabajo por sacar ya, y mucho mucho atrasado. Pero ¡Me estoy derritiendo en casa! estoy en ropa interior, con el abanico al tope, las ventanas abiertas y ¡sudo como cerdo!
Debería conseguirme un novio para los domingos... eso debería hacer, porque he notado que lo que más me revienta es tener que quedarme en casa porque Ojosmar tiene que hacer domingo familiar. buah, ¡pobre de mí! Sola como un perro como siempre he querido.
De todos modos, esta semana me he plantado en su casa por el puto calor que hace en la mía y porque está enfermo y no debe moverse mucho, pobre, es patético ver cómo su barriga crece día a día debido a la convalecencia y al ocio que esta misma le causa.
En fin, ya me deprimió más escribir todo esto, al menos he estado muy productiva y he aventajado bastante en lo tocante a la chamba, además, al parecer me ha venido la primer regla después del legrado.
Me largo, me daré un baño a ver si así me refresco un poco y me calmo estos humores de tristeza.
Y aún si sonara mi teléfono con una invitación a algún lado, seguro diría que no, a fuerza de amargarme el día 1 de la semana.
