domingo, 28 de marzo de 2010

vivir lo que no soy

Leí que hace poco Kate Moss declaró a la prensa: "Nada sabe mejor que estar delgada". Vi sus fotos del nuevo Vogue y no me queda más que asentir. Es tan perfectamente bella, tan llena de gracia en cada línea, es por eso que no necesita prenda alguna o maquillaje para lucir perfecta. Pero, he aquí la contradicción, entre más delgada luzca Moss, más me lleno de desdicha, porque por mucho que adelgace, por mucho ayuno que yo haga, mi cuerpo no se parecerá jamás al de ella, la herencia genética nos separa.
No es una renuncia, una queja ni una justificación, es sólo la apreciación que me permito en este momento... Y lo digo así porque el espejo no miente, ni las tallas, ni la manera en que me luce la ropa, eso sin contar sobre los chicos que jamás se sentirán atraídos por mi imagen. Este es mi sino, pasar indiferente para el chico "de mis sueños", y lo entrecomillo porque sé que ninguno será exacto como yo lo quiera.
El sueño me vence, deliro y no concreto nada, sólo la tristeza que empaña mi corazón esta noche, y que no encontrará consuelo en brazos de Morfeo. Ea pues, pronto nos leemos.

martes, 2 de marzo de 2010

La venganza es un plato que se sirve frío.... Juar juar juar


Por dónde empiezo.
Quizá por relatar cómo mi incipiente ruptura me llevó a la zona más al sur del norte del país, o más allá, cuando el chico de mis sueños me prestó el libro que trazaría mi destino. Es increíble cómo se teje la trama de las vidas de las personas, quién sabe qué fuerzas sobrenaturales hicieron que mi camino se uniera en una muy frágil vereda con el de La Lupe.
La Lupe -así le digo yo-, es Lupita. Una masa informe y blancuzca de carne con piernas, emisora de suspiros acordes a su descomunal tamaño. La Lupe forma parte de las PF (poco finas), un grupo de basureritos indeseables del colegio donde intrigo -léase, laboro-.
La detesto, odio su risa de borracho, su tamaño ignominoso, sus afirmaciones estúpidas y sus preguntas jodonas. Como es un poco lista entiende rápido, aprueba sin mayor esfuerzo, y el resto del tiempo lo ocupa para sabotear mi clase.
Pero su homónima se ha encargado de darme ventaja sobre ella. La disposición de horarios para el nuevo semestre me permitió quedarme en el salón después que La Lupe y el resto de abortos del infierno salieron con feliz rumbo a llenar sus cavidades cerebrales con anuncios de tv. Es interesante quedarse último en un salón pues, como toda escena donde se ha cometido un crimen, queda con huellas y pistas de sus autores. Así, la "brillante" y resoplona Lupe dejó olvidada una preciada pertenencia.
Afortunadamente, contamos con un departamento de "Objetos olvidados", lástima que esta tarde el infame conserje del edificio seguía limpiando arriba cuando yo salí. Tengo miedo que me descubran... pero si no fuera así, no sería tan emocionante.
Ahora sí perra; cada vez que de tu grasienta boca salga una idiotez, mis ganas de abofetearte serán contenidas por el recuerdo de lo que hay junto a mi cama. ¡IMBÉCIL!