Sí, estoy en la miseria total,
lo único que me hacía de verdad valiosa lo he perdido.
De este lado del espejo MÁS es MENOS.
Ahora me anima que la aguja sólo no se mueva más hacia la derecha.
Eso es todo.
En 15 días sólo he ido al estadio tres, hoy me he puesto la ropa de entrenar,
pero me salió el poeta y me he plantado en casa, ¡mierda! y aprovechar
el internet que ha faltado unos días.
Estoy harta del calor que apenas comienza, del polvo que nunca acaba,
de trabajar para pagar el piso y las tarjetas, de esos mocosos imberbes
orgullosos de su ignorancia, del sexo a medias, del amor a medias,
de la elación de mis parientes, de este pueblo en medio de la nada;
de ser sirvienta de alguien que no sabe poner acentos y además está
más flaca que yo.
Estoy harta de mi vida hecha de mentiras, de mentirle a mamá, a mis hermanos, en la escuela, en mi trabajo, de mentirme a mí misma cuando me miro al espejo, cuando me calzo la ropa, cuando echo otro bocado a mi inmundo -inmenso- cuerpo.
Lo peor es que no tengo salida. Esta miseria es inevitable; debo seguir en este camino porque es lo mejor que he tenido, lo es por el único e irreductible hecho de que yo sola lo he forjado. Porque por primera vez en mi vida he trabajado y soy independiente después de tantos años.
Es raro, es padre estar solo, pero también es triste.
Bienvenida al mundo real miss Timia
No me gusta venir aquí sólo cuando estoy triste, ni siquiera estaba triste. Sólo estaba enojada por ser una triste, inmunda, inmensa, miserable, asquerosa, lastimera G-O-R-D-A.