domingo, 28 de diciembre de 2008

Apuntando -frases sueltas hacia la introspección-

No estoy del todo segura, pero casi puedo jurar que he subido al menos tres kg desde que llegó mamá y eso que me trajo mi balanza...
Recibí muchos más regalos por la navidad de los que esperaba, obviamente, de mi hermano Male y su novia no recibí nada aún.
Ojosmar sigue con sus ciclotimias haciendo más difícil mi convivencia con mi madre; ella se sospecha que hay algo entre nosotros por lo mucho que está al tanto de mí, y además, la estúpida novia de Male le dijo: "cómo la ignorancia de Aunt Jemina le hace creer que tu hija y Ojosmar tengan algo qué ver". Si mamá ya se sospechaba algo por lo que le contó Male y porque me sabe un par de secretillos bastante oscuros, la sarta de idioteces que le dijo mi cuñada casi le confirma el hecho ¡¡Es tan Estúpida!! cómo puede andar contando tantos horrores. Sólo espero que se vaya mamá para no volver a pararme en casa de mi hermano y su novia retrasada, al menos por un tiempo.
Estoy harta de todos. Quisiera poder estar sola aunque sea un día entero y no saber de nadie. Ahora hasta mi casero demanda mi presencia; como dice Ojosmar, voy a terminar desapareciendo de este lugar. Si él se va, yo también. No, no creo, si él se va, mejor para mí. Me sentiría muuuuy sola, pero ahora sí podría hacer lo que yo quisiera, pero no se irá. Se quedará aquí mientras su novia Aunt Jemina lo siga manteniendo.
Y la última línea del párrafo anterior me pone a pensar en la mierda que tengo de autoestima... ¡carajo! me merezco algo mejor. No sé qué hago aquí, me siento harta de todo. Con mamá no regreso, eso sí que no. Está muy rara, como si empezara a chochear y apenas tiene 45, ¡por dios! -en este momento está dormida al lado mío, y de vez en cuando me avienta su pie y yo se lo empujo al otro lado, jeje-. No he sentido ni mucho amor ni ternura. Me da asco escribir esto, pero creo que ya no amo a mamá porque se está haciendo vieja, o quizá sólo sea porque está más cariñosa con mi hermano Male. Ni modo, mi amor se adecua a las circunstancias.
Sobre mi deprimente estado vacal -de vaca-, sinceramente ya no hablaré hoy. Ayer Ojosmar se rió mucho de mí cuando le dije que ya no me quedaba mi falda rosa y después comentó que exageraba al decir que no había comido en todo el día porque antes me bastaba con lo poco que había picado en su casa. Es decir, se da cuenta de qué tanto como y qué tanto comía antes ¡qué vergüenza!
Me largo ya que al parecer me ha llegado el sueño. Esa es otra cosita. Desde que está aquí mamá el insomnio me ha dado peor, y combinado con sus estridentes ronquidos... bueno, para qué le sigo...

No hay comentarios: